Ayer había un control policial en la carretera de Santa Catalina. Justo en la bajada del puente de la Autovía, en dirección a Murcia. Allí está Autoferro, tienda de motos, donde compré la Daelim. Me costó solo 120.000 pesetas, barata porque las hacen en Corea. Fue gracioso y elocuente el vendedor. Dado que yo quería pagar a plazos u obtener alguna rebaja o simplemente regatear por obligación, le pregunté algo así como : "Bueno...y ¿para pagar ésto...? Y me contestó escuetamente: "Muy sencillo: usted me da 120.000 pesetas y se lleva la moto." Y, de manera fácil me hice con el scooter que luego utilizó Antonio más que yo para ir a la Facultad de Espinardo por caminos extraviados.
Digo que había control policial, pero como marchaba en dirección hacia La Alberca, no me pararon. Menos mal, porque llevaba una saca de Pall Mall de contrabando. Pero, aunque soy un tipo duro, acostumbrado al fragor de la consulta, no dejó de darme un vuelco el corazón. Y me acordé de la mejor definición del eretismo cardiaco. Se le oí a un paciente joven que me dijo que sentía lo mismo "que el que se ha tomado un par de copas y ve a la Guardia Civil".
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