jueves, 25 de noviembre de 2010

Santa Catalina de Alejandría.

Esta mañana, me entero apresuradamente de que hoy se celebra la festividad de Santa Catalina de Alejandría, de la cual se hace memoria litúrgica. Profanamente, también me lo ha recordado la megafonía de El Corte Inglés de Elche, a donde he acudido para tomar café con Ana. El caso es que, al momento se me han ido las mientes a este blog que tiene el nombre de Carretera de Santa Catalina y he comprendido que debe hacerse un post, siquiera sea breve, para constancia del acontecimiento.

La carretera de Santa Catalina se llama así porque une Murcia con el convento franciscano de Santa Catalina del Monte que fue también residencia de verano de los obispos de Cartagena. Y ésto hace surgir una primera duda: esta Santa Catalina del Monte ¿es Santa Catalina de Alejandría? Porque el santoral recoge otras varias Catalinas y, en cuestión de santos, no es bueno equivocarse ni dirigir, por error, la oración que se le reza a uno a la imagen de otro. Tras una breve investigación por la premura del tiempo, creo que la respuesta a la pregunta es sí. Efectivamente, existe otro magno monasterio también llamado de igual manera que éste murciano y alberqueño. Se trata de Santa Catalina del Monte Sinaí. Hasta allí fue llevado por los ángeles el cuerpo mártir de la santa de Alejandría. Parece ser que está edificado en el lugar donde Moisés contempló la zarza que ardía sin consumirse y, de hecho, en el monasterio se conserva dicha zarza. Debe ser un lugar inhóspito pero hermoso y mucho me gustaría visitarlo aun sin el concurso de los ángeles trasladadores.

Dando pues por bueno que la santa de la carretera no es otra que Santa Catalina de Alejandría pongo hoy, 25 de noviembre, día de su festividad, este blog bajo su protección y amparo. Que ella lo libre de la apatía, del aburrimiento, de la inconveniencia y del mal castellano. Y así, puesta la vela a Dios y según la secular costumbre española, le pondré otra al Demonio tomándome unas habas -que ya intuyo que debe de haberlas- con su tinto jumillano la próxima vez que visite el bar Marilín.

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