domingo, 26 de diciembre de 2010

Aguilandos y belenes.


Ayer, día de Navidad, fuimos a misa a la iglesia de Los Alburquerques donde se venera a Nuestra Señora de Loreto. Es un templo huertano, sencillo y digno, de nueva construcción, que sustituye a la vieja ermita, restaurada pero desacralizada. Se encuentra junto al puente de la autovía de la carretera de Santa Catalina y allí el coro y los musicos parroquianos tocan y cantan el aguilando durante la Navidad.

Y de estos parroquianos, algunos son enfermos míos. Me acuerdo de José y de Rosa, de Rosarito, de otro José ya fallecido aunque viven su mujer y sus hijos, de Martín, de Francisco y toda su familia y de Ana que vive al lado del bar Marilín. En el mapa sanitario, estamos en terreno fronterizo con el Centro de Salud, ya ciudadano, del Infante. Quizas en años pretéritos, antes de la Seguridad Social, es posible que hubiese pleitos entre médicos con territorios colindantes en el maremagnum de caseríos que era (y en parte sigue siendo) la huerta de Murcia. Pleitos tendentes a conseguir una mejor "cuota de mercado", mayor número de igualas o de pagos en especie propios de una economía escasa y campestre. Posiblemente, se pondría fin al litigio, señalando una acequia o un carril como separación. De hecho, me acuerdo ahora que, recién llegado a Murcia, me dieron en las dependencias municipales una cuartilla escrita a máquina y con letras medio borradas que señalaba la circunscripción de los 23 distritos sanitarios existentes entonces en la ciudad y su amplio alfoz. Pero aunque bien guardado ¿dónde estará ahora ese documento?

En los nuevos tiempos, en los que soy un médico socializado e informatizado, que funciono con tarjetas sanitarias con banda magnética y junto a ambulancias a las que no les arredra intrincarse por carriles estrechos, sin miedo a la acequia que va por el borde, emboscada entre cañas y donde bien puede meterse una rueda si te orillas demasiado, puedo ir a misa tranquilamente a Los Alburquerques y oír el aguilando. Cante éste que, como popular, es monótono tal vez pero con un gran encanto y musicalidad. Vimos también un poco el Belén mientras esperábamos para saludar a José y a Rosa que cantan en el coro. Allí estaba, en un lateral de la nave, con sus casas, sus figuras, su río de agua que realmente corría, sus luces intermitentes y ¡cómo no! sus bancalicos de tierra de labor, con sus caballones y sus maticas. Tengo que reconocer que me aburre un poco mirar los belenes, especialmente aquellos en los que hay que hacer cola y luego se va circulando uno detrás de otro como en un museo. Quizás en la madurez haya perdido su impacto buscar al pastor que está orinando, equivalente local del caganer, o estemos acostumbrados a la crueldad de los soldados de Herodes que matan a los Inocentes. En todo caso, el belén participa de la estética de la Torre Eiffel de palillos de la que hablaremos alguna vez y, como tal, solo necesito cinco minutos para apreciarla.

Así que, visto sucintamente el Belén, saludamos a José y a Rosa y nos deseamos mutamente feliz navidad. Luego a la ciudad a tomar café en Drexco y fumar allí uno de los últimos cigarrillos legales. La orquestina callejera formada por el teclado, el violín y el acordeonista que toca los tangos a la parisina, hoy interpretaba las consideradas "páginas inmortales" como el tedioso "Ave María" de Schubert lo cual no dejaba al acordeón emplearse a fondo como cuando tocan canciones briosas. Y ésto, unido al mucho frío, tiñó la mañana burguesa de cierta languidez, por lo que nos vinimos pronto a casa a buscar la comida, aderezada con los restos de la Nochebuena. Y abierta la botella de vino, hubo Paz y después Gloria.

1 comentario:

  1. Así espera Vilches a los Reyes Magos…

    NACEN LOS AGUILANDOS DE VILCHES PARA EL MUNDO
    http://julianlopezrodrigueztenor.blogspot.com/

    HAN LLEGADO AL PENTAGRAMA DESPUÉS DE SIETE SIGLOS

    Como muy bien lo dijera José Antonio García-Márquez, periodista y escritor, la música de los campanilleros, jamás ha sido llevada al pentagrama. Es por eso que hoy nacen los aguilandos de Vilches para el mundo, desde hoy podrán traspasar todas las fronteras, las locales, las nacionales para volar al mundo a través de internet, y de las bibliotecas musicales de distribución.

    Ha sido meditada la decisión del registro musical y se ha considerado como primera etapa de este proyecto, conseguir una versión para ser interpretada en piano dada la universalidad del instrumento y los extensos horizontes que se abren a partir de un teclado. Una magnífica obra del maestro Manuel Valencia Segarra, por la magnitud del trabajo de recopilación, registro y la documentación que supone un emprendimiento de este alcance.

    Las horas de estudio, ensayo, para obtener la mayor fidelidad en la trascripción de esta música de tradición oral, han dado fruto, y hoy nos encontramos Manuel y yo con una partitura que se posa en nuestras manos después de siete siglos, dijo Julián López Rodríguez, tenor y vilcheño, agradeciendo con sus lágrimas.

    En este proyecto han colaborado de manera innegable las profundas raíces andaluzas que corren por las manos del pianista, que al escuchar por primera vez los sones aguilanderos, se deslizaron por el piano con una magia indescriptible. Algo tiene muy profundo esta música con más de siete siglos de historia que mueve el corazón de los músicos y del pueblo. Es importante destacar que el maestro ha estado en Vilches en varias oportunidades, conoce su geografía, ha comido y ha descansado en casa de un aguilandero, ha escuchado las historias del Vilches profundo relatadas por los mayores, ha estado con su gente, ha caminado por sus calles. Hay una pregunta que le congratula mucho responder "¿maestro que aceite consume?" y con la tranquilidad de los ángeles que le caracteriza, te dirá con una sonrisa - "sólo el de Vilches".

    Una copia de la partitura original se entregará a dos de los aguilanderos más antiguos en homenaje por su abnegada labor en la conservación de la música tradicional de Vilches. A don Simón García López de 84 años (laúd) y a don Simón Coronado García de 85 años (platillos).

    Así se pretende coronar el 1º REENCUENTRO DE AGUILANDEROS DE VILCHES en el marco del Concierto de Navidad "Venid a Belén, en espera de los reyes magos", que se llevará a cabo el próximo 5 de enero a las 21 hs. en la Parroquia San Miguel Arcángel.

    Comenta el tenor, “cuando le comenté a mi padre que estaba gestando la idea de convocar a todos los aguilanderos el me dijo... "Oye chiquillo como dices que vas a convocar a todos los aguilanderos, si la mitad están muertos"... Hoy se ha comprobado que los pastores, los aguilanderos, los músicos están vivos, y con alma de águila han viajado hasta el presente para presenciar el acto que dejaba testimonio escrito de sus sentimientos, de su música, del espíritu que anima desde hace tanto tiempo la navidad en Vilches. Es Vilches sin duda tierra fecunda de aguilanderos.


    PLEGARIA DE LOS VILCHEÑOS POR SUS HIJOS
    (aguilando inédito)
    En esta canción se recoge parte de la historia personal del tenor, la geografía del pueblo y el sentir de los mayores por sus hijos. Uno de los momentos centrales del Concierto será cuando Julián López Rodríguez, "el niño perdido", como lo llaman en el pueblo, cante el aguilando de su autoría, "Plegaria de los Vilcheños por sus hijos", junto a todo el pueblo con el acompañamiento especial de los campanilleros de Vilches, del Coro de la iglesia y del maestro Manuel Valencia Segarra en el piano. Arropados por la ternura de un centenar de niños vestidos de ángeles y pastores, todo un pueblo sacará de sus entrañas los siete siglos de música y cantos macerados en la tradición familiar.

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