miércoles, 4 de julio de 2012

Las Bodas de Oro.

Vamos a hacer un alto en la denostación del bocadillo. Una de las cosas por las que precisamente debe ser denostado es porque, con harta frecuencia, se forma una bola de pan entremezclada con espesa mortadela, que se queda atragantada. Hay que recurrir entonces al buen trago de cerveza para que pase el añusgo. El caso es que, aprovechando las vacaciones, estaba viendo y organizando las más de 500 fotos que traje de Salamanca a donde fuimos con motivo de las Bodas de Oro de los primos Lauri y Kety. Gran fiesta popular con flauta y tamboril, coro durante la ceremonia religiosa, el ofertorio del vino y el bollo maimón portados por charras, bailes a la salida en la explanada de Anaya y la Catedral Nueva y magna convidada en un restaurante junto al río. Así que, para que el pastoso bocadillo sea más llevadero, dejo estas fotos para el recuerdo y la emoción. Desde un San Sebastián asaeteado, bajo cuya advocación está la parroquia de la misa, hasta la discreta terraza sobre el agua donde con el regusto del tostón y el vino, nos fumamos los fumadores los cigarrillos festivos. "Cómo los más ricos de Béjar", como gustan decir en Salamanca.











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