domingo, 20 de febrero de 2011

Los candados del Puente Viejo.

Es un dicho popular que "cada santo tiene su octava". En sentido literal, no es cierto. Litúrgicamente no hay más octavas que las de Pascua y Navidad y ésta última, por ser inferior a la primera, se suele denominar infraoctava. Pero es cierto que, en sentido figurado, la expresión equivale a algo así como más vale tarde que nunca y se emplea cuando se felicita a alguien con retraso. Así pues, San Valentín se celebra el 14 de febrero y punto pero ha ocurrido un hecho que debo contar y me acojo a una hipotética octava para seguir hablando del amor y de los enamorados.

Hace pocos días, vine al conocimiento de la existencia de los llamados "candados del amor" Y ¿cómo puede ser que yo no supiera que semejante cosa existía? Incomprensible pero no, no lo sabía. Fue el pasado miércoles, cruzando el Puente Viejo de Murcia, cuando mi mujer me hizo reparar en ellos y me adentró en su historia. Así que la parejita se provee de un candado, escribe en él sus nombres y una fecha simbólica, lo coloca cerrándolo en alguna parte del puente y tira la llave al agua. Y ya está. ¡Ahí es nada! Porque el trasfondo del hecho es tan fácil de dilucidar como terrible de asumir: las llaves están perdidas para siempre, el candado permanecerá cerrado para siempre y nuestro amor y nuestra unión duraran para siempre. Y este candado bloqueado para toda la eternidad será el testigo inamovible y fiel. Repito: ¡ahí es nada!

Y cabe preguntarse sobre este ritual si, al igual que las cartas de amor, es ridículo. Puede que haya quien lo haga de una manera sportive, como algo que está de moda y queda como que guay. Pero me malicio que muchos candadistas harán la ceremonia completamente en serio, creyéndose que realmente la pasión quedará aherrojada en sus corazones. Y ¿es ésto posible? Como esta pregunta no tiene respuesta, podemos hacernos otras también complejas pero que, al menos, tienen esperanza razonable de una solución. Vayamos viendo las fotos...


¿Quienes son Natalia y Fernando? Son personajes reales, sin duda. Pero ¿me los habré cruzado alguna vez por la calle sin conocerlos? ¿Son los que iban discutiendo? ¿O los que se estaban besando desconsoladamente en un banco? Y ¿qué pasó el 04-06-04? ¿Se dieron el primer beso? ¿Se declararon su amor mutuo? ¿Al chico le permitieron entrar en casa de ella? En nebulosa, la sardina pétrea sigue arrojando su chorro de agua que vuelve a caer al río en cuyo lecho reposan las llaves for ever.


Y éstos ¿por qué eligieron un candado herrumbroso como dicen los profanos que es el hierro que contamina el tétanos? ¿Y si se rozaron al cerrarlo, se hicieron una heridita y tuvieron que ir a vacunarse? No hay nombres ni fecha sobre el orín o quizás los borró el tiempo. Creo que alguna benemérita asociación de consumidores se debía de hacer cargo de la denuncia por la mala calidad del material en caso de que éste fuera nuevo.


Toñi y Ángela, en mi opinión, han hecho trampa. Han cerrado el candado pero lo han asegurado al puente valiéndose de una brida de plástico ¡Así cualquiera! Cuando el amor se apague o la deslealtad lo amargue, no hay más que cortar la brida y retirar el candado. Crimen sin huellas ¿O no? ¿Son unos estetas y lo querían así, recortándose sobre el fondo de aguas turbias y, a veces, turbulentas.


Éste -o ésta- escribe en italiano "Ti amo" y la fecha es la del 14-02-11, último San Valentín. No hay nombres y el día escogido es un tanto convencional ¿Será un amor platónico, una amada o amado etéreo, incopóreo, intangible o, simplemente, inalcanzable?


Del nombre de la chica, solo se leen iniciales ¿una amante tímida? ¿o no es una sino uno? Quizás un amor que quiere ser libre y empieza a salir del armario.



El más bonito. Oro y plata destacan sobre el negro hierro de las barandas del puente. Los nombre y la fecha no están escritos con rotulador sino grabados como un tatuaje. Indelebles. Punzón que ahondó sobre el metal como el amor ahondó en los corazones. ¿O es que Lorena o Miguel trabajan en una joyería y decidieron aprovechar la coyuntura?



El más curioso. "Para siempre juntos. Con vosotros todo es distinto" Así reza la inscripción y, en la argolla, parece haber escrito varios nombres, más de dos. Y ésto ¿qué es? ¿un ménage à trois? No, hay más de tres nombres ¿estamos ante una relación orgiástica, una cama redonda enorme? Quizás sea solo un grupo de amigos que ha aprovechado el tirón de la costumbre pero ¿por qué habla uno dirigiéndose a los demás?

Quede así la cosa y queden los candados en el puente y que no me vengan los municipales a quitarlos. Y que ningún concejal ñoño diga que ese no sitio para conjuras de enamorados y que ninguna asociación de vecinos, igualmente ñoña, lo apoye. Dejadlos estar. ¡Ojalá todo el daño que se hicieran sea acerrojar un candado con dos nombres y una fecha y tirar las llaves al río!

3 comentarios:

  1. Curiosa, bonita y reflexiva entrada Manuel. Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Pepe, por tu atención. Saludos

    ResponderEliminar
  3. En "Vera" (no la localidad almeriense, sino el relato gótico de Villiers de l'Isle Adam), el joven viudo cierra las puertas del panteón familiar donde reposan los restos de su amada esposa y arroja la llave al interior por entre las rejas de la puerta, pero al cabo de un año, la llave reaparece de manera ominosa en su escritorio... les habrá ocurrido algo semejante a Lorena, Fernando o M d?? Habrá regresado la llave del amor desde las profundidades del Segura en lugar de reposar ahí for ever, citando el candado de Natalia?

    ResponderEliminar